Disfunción de glándulas de Meibomio, ¿qué es?
Las glándulas de Meibomio se encuentran a lo largo del borde de los párpados, adyacentes a la zona donde nacen las pestañas. La función de estas glándulas es secretar lípidos y proteínas para conformar la capa grasa u oleosa de la película lagrimal, encargada de evitar que se evapore la capa acuosa. Dicho de otro modo, esta película aceitosa consigue estabilizar el filma lagrimal al retrasar su evaporación, consiguiendo mantener humectada la superficie de la córnea en todo momento, evitando la aparición de síntomas de sequedad ocular.
La disfunción de las glándulas de Meibomio (DGM) es una inflamación frecuente y recurrente del borde de los párpados. Se produce por una alteración en la función de las glándulas de Meibomio, las secreciones de lípidos se solidifican y se obstruyen los conductos glandulares. La secreción grasa llega a la película lagrimal en malas condiciones o en cantidad insuficiente. Por ello, la lágrima se evapora con gran facilidad, dando lugar a la aparición de síntomas de ojo seco. A su vez, la secreción acumulada hace que los párpados se inflamen.
Anatomía de la capa lagrimal. Imagen cortesía de la Academia Americana de Oftalmología (AAO)
CAUSAS
La DGM es un problema constitucional, existiendo además varios factores que pueden agravarla tales como: uso de lentes de contacto, ojo seco por deficiencia de producción acuosa, la menopausia, el envejecimiento, el uso de retinoides, los medicamentos antidepresivos, ciertos tratamientos hormonales, etc. La rosácea es una enfermedad dermatológica que muy frecuentemente se acompaña de DGM. También pueden favorecer la aparición de DGM factores ambientales como el uso prolongado de pantallas, la temperatura, el viento o la humedad. Además, dietas bajas en ácidos grasos Omega 3 pueden contribuir a la aparición o empeoramiento de la DGM.
SÍNTOMAS
El paciente que presenta disfunción de glándulas de Meibomio refiere irritación, picor, visión borrosa, lagrimeo y sensación de cuerpo extraño. Los síntomas son típicamente más intensos por la mañana, y la sensación de quemazón se intensifica en situaciones en las que parpadeamos menos tales como uso prolongado de ordenador, conducción, etc.
PREVENCIÓN
La DGM considera un trastorno crónico, por lo que el tratamiento deberá ser regular y prolongado y conviene realizarlo correctamente para que sea efectivo.
TRATAMIENTO
La base del tratamiento es la higiene palpebral. En casos asociados a ojo seco por deficiencia acuosa o casos de DGM graves, o aquellos casos en que se acompañe de complicaciones corneales, puede requerirse la asociación de tratamientos complementarios tales como corticoides o antibióticos tópicos, tetraciclinas orales, diferentes tipos de lágrimas artificiales. Ningún tratamiento es eficaz para el control de los síntomas si no se realiza bien la higiene palpebral que consta de tres pasos:
- Calentamiento de los párpados
- Masaje de los párpados que exprimirá las secreciones para que formen parte de la lágrima y la estabilicen
- Limpieza del borde palpebral con toallitas para retirar costras y secreciones.
La limpieza se realizará dos veces al día al comenzar el tratamiento y luego suele ser suficiente una vez al día de mantenimiento.
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