La miopía es un defecto refractivo frecuente en el que las imágenes de los objetos se forman por delante de la retina. Esto produce que las personas con miopía perciban borrosos los objetos situados a media y larga distancia, conservando en casi todos los casos una buena visión próxima. En la mayoría de casos la miopía se produce debido a un crecimiento excesivo del globo ocular durante la etapa de crecimiento. Cuanto mayor sea esta elongación mayor será la miopía del paciente.

En la miopía magna o miopía patológica este alargamiento del globo ocular tiene su repercusión en las estructuras que lo conforman, principalmente un estiramiento y adelgazamiento excesivos de la retina y la coroides (la capa vascular que nutre la retina).
La clasificación de la miopía establece que ojos que miden más de 26 milímetros en su eje antero-posterior y cuya graduación en gafa es mayor de -6 dioptrías son miopes magnos. La miopía magna supone eleva exponencialmente el riesgo de desarrollar complicaciones como desprendimiento de retina, cataratas, glaucoma o atrofia (maculopatía miópica). Se calcula que en torno al 2% de la población presenta miopía magna.

Fondo de ojo de una paciente miope magna de -13 dioptrías

Síntomas de la miopía magna

El síntoma principal y más evidente de la miopía magna es la visión borrosa de los objetos lejanos, preservándose una buena visión próxima (cuanto mayor sea el número de dioptrías, el paciente miope tenderá a acercar más los objetos para verlos nítidos).

No obstante, existen síntomas que pueden indicar la presencia de alguna complicación, y que el paciente debe tener en cuenta para acudir al oftalmólogo a la mayor brevedad o incluso de urgencia:

• Disminución repentina o progresiva de la agudeza visual.
• Chispazos, relámpagos o destellos de luz (fotopsias).
• Aparición o aumento de “moscas volantes” o “hilos” (miodesopsias) en el campo visual. Los pacientes miopes refieren este síntoma habitualmente, se debe acudir al oftalmólogo si existe un aumento de estas moscas volantes o si va acompañado de chispas o destellos de luz.
• Puntos negros, sombras o sensación de tener como una cortina en el campo visual
• Incurvamiento de las líneas rectas, o visión deformada de las formas de los objetos
• Dolor ocular

Otras patologías como el glaucoma o determinadas lesiones en la retina pueden pasar desapercibidas y no producir ningún síntoma. Por ello, el paciente miope magno debe revisarse en el oftalmólogo periódicamente.

¿Cómo se corrige la miopía magna?

Al igual que para el resto de defectos refractivos (miopía, hipermetropía, astigmatismo y presbicia), para corregir la miopía magna disponemos de gafas, lentes de contacto o cirugía refractiva.

• Las gafas son la opción menos invasiva para la corrección de la miopía, aunque los pacientes con miopía magna suelen tener problemas para elegir una montura adecuada. El componente estético es importante, dado que las lentes son mucho más gruesas en el borde. En algunos casos las gafas llegan a no ser una opción viable por su limitación del campo visual, y por las aberraciones que provoca en la visión una gafa de una graduación elevada.
• Las lentes de contacto evitan los inconvenientes visuales y estéticos de las gafas, aunque suele ser necesario adaptar lentes especiales para altas graduaciones. Además, no es adecuado abusar de su porte, ya que son más gruesas en la periferia y pueden producir complicaciones.
• La cirugía refractiva, con las técnicas láser PRK, FemtoLASIK o SMILE (más limitadas en estos casos, ya que se trata de graduaciones elevadas en las que no siempre es posible la cirugía láser), el implante de lentes intraoculares fáquicas (ICL) o la cirugía del cristalino o de la catarata. Es importante señalar que la cirugía refractiva no “cura” la miopía, se corrigen las dioptrías del paciente, pero el ojo sigue siendo miope y, por lo tanto, tendrá el mismo riesgo de complicaciones que los ojos no operados.

¿Tiene cura la miopía magna?

La miopía magna no tiene cura en sí misma. Lo que sí tiene tratamiento son todas las complicaciones asociadas que pueden producirse en pacientes con esta patología.

• Desprendimiento de retina. La mayoría ocurren en ojos miopes, elevándose el riesgo cuanto mayor sea el defecto refractivo. Su tratamiento incluye tanto el tratamiento preventivo con fotocoagulación láser de pequeños desgarros en la retina periférica que puedan dar lugar a un desprendimiento, como la cirugía intraocular.
• Maculopatía miópica y sus complicaciones relacionadas, como la neovascularización de la retina, agujeros maculares, atrofia generalizada o degeneraciones periféricas. El tratamiento de estas complicaciones incluye las inyecciones intravítreas (fármacos en el interior del globo ocular) o cirugía vitreoretiniana.
• Su tratamiento incluye todos los métodos disponibles para bajar la presión intraocular elevada: fármacos hipotensores, cirugía o algunos procedimientos con láser.
• Su único tratamiento es la cirugía del cristalino opacificado y el implante de una lente intraocular en su lugar. En pacientes con miopía magna pueden ocurrir complicaciones, por ello es muy importante la experiencia del cirujano a la hora de manejarlas.

Aunque como hemos visto la miopía magna no puede curarse, actualmente existen varios métodos para tratar de frenar la progresión de la miopía en niños y evitar así llegar a la miopía magna o patológica en la edad adulta. En entradas previas de nuestro blog hemos hablado de estos métodos (atropina, lentes de contacto de geometría especial y lentes de ortoqueratología)

Desde el Instituto Oftalmológico Victoria de Rojas, como expertos en salud visual, recomendamos las revisiones oftalmológicas periódicas como herramienta para prevenir futuras complicaciones, ya que el diagnóstico y tratamiento precoz de las mismas son clave para preservar la función visual.

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